Pues eso, zagales, que me fui allende los mares por la Ruta de la Seda a ver si me traía unos retalillos para hacer un disfraz de Blasa de más categoría y a ver cómo no echaba las zapatillas. Y es que es lo que tenemos los tuercelindes: que nos puede el ansiaviva y ni yéndose uno a los confines del mundo puede dejar de salir a correr.
El tiempo no es que fuese muy propicio, pero cuando el trabajo y la lluvia me dejaron, allí estaba yo a las 7 y media de la mañana del sábado estirando en la puerta del hotel, con el ánimo de dar una vueltecilla y adentrarme en el mundo del luning coreano. No sé si era peor la humedad o el calor, pero en esos momentos deseaba estar en Piedrabuena vestido de Blasa.
Mientras que ponían las calles, bastante empinadas por cierto, empecé a subir una cuestecilla buscando un parque que había visto en el mapa. Las desventajas de mirar un mapa de una ciudad que mide 25 kms de punta a punta es que algo que parece que está cerca, en realidad no lo está. Aquí me gustaría a mí ver a los
Y después de unos 40 minutos de subir y bajar cuestas y quitarme el mono de corredor dominguero, me fui de nuevo para el hotel. Coches y coches de gente que un sábado por la mañana van a currar temprano, para luego poder pasarse el domingo entero en los centros comerciales consumiendo como locos.
Café y bollo en el Starbucks y ducha fresquita para después estar todo el día de caminata y poder conocer la ciudad un poco más a fondo.
Por cierto, no sé cómo no corre la gente con lo baratas que son las Asics y las NB por allí.
Coño, que creía que habíamos abierto sucursal oriental! Gensanta, qué susto!
ResponderEliminarCoño!!! Y porque no me lo has dicho y me hubieras traído un par o dos de Asics....
ResponderEliminarPues por cuestas no sería... de ahí el nombre del post ;)
ResponderEliminarRamón, eso era un mercadillo de zapatillas al montón. Las de verdad eran otra cosa...