lunes, 29 de agosto de 2011

Otros: Torciendo las esquinas en Lisboa.

En nuestro afán de dar a conocer el club al mundo de tanto correr nos hemos salido de la región y hasta del país.

Kike le dio por tirar para la derecha del mapa y metiéndose kilómetros la criatura se nos presentó en Corea del Sur, vamos un poco mas se mete donde acaba el mar donde está el precipicio y los dragones.

Nosotros por llevar la contraria tiramos para la izquierda del mapa, tanto que nos presentamos en la capital lusa con el “único” obstáculo para seguir que el mar. Las ganas de cruzarlo a nado empezaron a revolotear en la sesera pero dado que todavía no hemos creado la sección de triatlón del club no es plan ir con ventaja, además no voy a dejar mal a David Meca.

Después de la visitas durante el día por el área metropolitana que se pueden resumir en “Lisboa parriba, Lisboa pabajo”, la tarde noche caía y la temperatura hacia un canto al trote, las condiciones de brisa del mar y del Tajo reforzaban las condiciones que todo runner necesita para salir echando chuscas.

Arranque en la estación de Rato tirando por la avenida de la Politécnica, para despeñarme por el elevador de Lisboa, reconozco que casi me abro la crisma bajando una pendiente del 20 % por adoquines, baje hacia la plaza del marqués de Pombal para acto seguido meterme por una de las arterias principales de la ciudad dirección a unas de los puntos más altos de Lisboa donde ondea la enseña nacional.

Llevar la camiseta naranja de Almansa (va por ti Nacho) y unas zapatillas amarillas daban un cante cuando esquivaba peatones, aunque creo más el hecho de ver un corredor por esa zona de la ciudad, los pocos correcaminos que vi fue por el barrio de Belén ya en la misma desembocadura del Tajo.

Al llegar al objetivo propuesto me situé debajo de la bandera rojiverde desgarrada en por aproximadamente el tercio de la longitud de la bandera, triste metáfora de la situación actual de nuestro país hermano.

Al darme la vuelta la vistas fueron como diría Jesulin Im-presionantes, para muestras la foto, el castillo de San Jorge a la izquierda todo el Tajo reflejando las luces del área metropolitana y una brisa que refresco el sofoco.



Al día siguiente después de las rutas turísticas de rigor Expo, Torre Vasco de Gama, Catedral, me enfunde otra vez las zapatas eso si con un objetivo más claro, intentar cruzar el puente 25 de Abril que íbamos a visitar al día siguiente.

La sensación de cruzar un puente a cientos de metros de altura, vamos en el aire, con el Atlántico a la derecha y la desembocadura del Tajo a la izquierda cruzando enormes barcos de mercancías por debajo de tus suelas todo ello con un puente iluminado para la ocasión debería ser única.




Con el run run en el coco salí lanzao hacia el puente, lástima que al llegar al soporte de la cimentación del puente pude observar como el ingeniero solo había pensado en trenes y coches para unir ambas orillas. Bajón me pego.

Bueno hice izquierda y recorrió paralelo al Tajo dejando a mi izquierda y derecha el puerto, el teatro hasta llegar a la plaza del comercio, no pare mucho pues quería hacer una tirada larga sin acabar muy tarde para echar una copa después.

La vía augusta vio pasar este cuerpo escándalo hasta plaza Figueira, acto seguido marqués de Pombal para echarle ganas hasta parque Eduardo VII.

Consciente del hecho de tener que ganarse todos los días la presidencia, tire cuesta abajo del parque buscando la calle que me permitiría subir por la pared del elevador que une la parte baja con Chiado, piernas no haría pero gritos de los turistas si recibí, llegué al final de la cuesta y resople, supongo los extranjeros que miraron extrañados pensaron "despues de lo que ha hecho solo puede ser del Tuercelindes".




Solo queda decir que el maratón de Lisboa cae el primer finde de primavera, vamos para ir sugiriendo planes cara al 2012, ciudad donde al se puede oir sin difucultad dos frases, una Obrigado la otra "ostia otro español".





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