Crónicas: Media Maratón de Almagro...

Domingo 19 de Mayo de 2013. IX MM Ciudad de Almagro

La Tercera media maratón del Circuito de carreras  de la Diputación de Ciudad Real, ya es pasado. Fue este Domingo  en la ciudad de Almagro.  Allí se dieron cita casi 700 atletas para correr la famosa prueba, entre todos ellos había siete (7)  valientes de nuestro club! : Félix, Enrique, Paco, Chema, Antonio, Ana Serrano y Herminio. Representación espectacular para ser una media maratón!  Somos muy grandes.

La mañana empezaba bien, pues las lluvias habían remitido y hacía una sensación térmica fría, refrescante y poco calurosa, lo cual auguraba una mañana perfecta para hacer una tirada larga que nos permitiría  afrontar los más de 21000 metros, en unas condiciones ideales.  

Aquí tenéis la clasificación de los NUESTROS:

Paco Guerra Castellanos 1:26:03 

José María Fernández Pérez 1:27:11

Felix García Rubio  1:38:12

Enrique Valero Rodríguez 1:38:12

Antonio Lorenzo Castro 1:48:15

Herminio Ortiz Recuero 1:48:21

Ana María Serrano Pozuelo 1:49:54

Las primeras líneas de mi crónica van dedicadas a CARMEN TÉLLEZ, quien habrá vivido la carrera con pasión desde donde quiera que esté . Todo un detallazo lo de "un minuto de aplausos", en lugar del taciturno minuto de silencio; ¡ A un runner le encanta que le animen y le vitoreen a golpe de ÁNIMO! EMOCIONANTE SALIDA.

 Gran admiración la que sentí por ella, ya que yo también soy madre, además estoy amamantando a una niña de siete meses y sé de buena tinta el esfuerzo que hay que hacer para sacar a flote este deporte. Desde este club también le vamos a brindar un pequeño homenaje a esta grande del running con una foto que encontró Herminio por internet y donde salen algunos tuercelindes de fondo, fue en la a media de Miguelturra del año 2011.

6:30 horas de la madrugada, el día nos recibe con los brazos abiertos sin importarle lo más mínimo que habíamos descansado muy poco a consecuencia de unos niños que rara vez dan guerra por la noche, pero que en esta ocasión, se han hecho notar. Es hora de levantarse a desayunar unos cereales con yogur, un plátano y una manzanilla. Tras preparar el bolso, los dorsales, los apechuscos cotidianos de las carreras y organizar a los niños con mi madre, nos ponemos en marcha rumbo a Almagro,  donde llegamos a eso de las 9:10 de la mañana, coincidiendo con Chema, en el aparcamiento.

Una vez allí, nos quitamos los chándales, nos colocamos los dorsales, los chips, dejamos el bolso en el ropero y a calentar un poco, en el calentamiento nos vamos viendo la cara con algunos miembros del grupo. Finalmente, se acerca la hora de la verdad, nos hacemos una afotico como recuerdo de ese momentazo, y que llenan de buenos instantes la memoria histórica de todo ser humano que se precie. 

Y sin más llega el pistoletazo de salida. Melenas al viento y a correr. Aunque más o menos todos los tuercelineros estábamos  cercanos en el instante de salir, una vez que las piernas empezaron a trotar, perdí de vista a todo el mundo y me quedé prácticamente sola. Reconozco que me entró un poco de pánico, pero me dije: “ Aquí he venido a darlo todo, y sola o acompañada vine a correr, a terminar y a disfrutar”. Empecé a mover mis piernas con alegría, o con la alegría que suele dar el dorsal, que siempre es un poco más sonoro que en un entrenamiento normal, y poco a poco me vi con buenas sensaciones y muy cómoda.

A los dos kilómetros me doy cuenta de que voy muy pegada a Antonio y Herminio, no voy con ellos, pero no los pierdo de vista, eso me anima bastante porque veo que voy segura con ese ritmo y que los sigo bien, lo cual me asegura que no voy muy mal de tiempo.

Me alié los 10 primeros kilómetros con miembros del club Corrico Llano y con ellos fui con buena pasta, acompañada y sabiendo en todo momento el ritmo que llevaba, lo cual me daba mucha seguridad, porque siempre corro con el Garmin, pero lo llevaba Herminio, yo sólo llevaba un reloj de mano. En el tramo de los 7 a los 9 kilómetros Herminio afloja un poco y lo tengo más cerca que nunca unos 30 metros, pero  no llego a juntarme del todo con él, después Herminio vuelve a hacer de liebre y se marcha de nuevo con Antonio, pese a que sigo sin perderlos de vista a los dos.

A los 11 o 12 kilómetros empiezo a perderme ( porque me quedo atrás, me resulta difícil seguirlos) de los corrico Llanos y me quedo al lado de dos chicos y una chica que de momento van a  mi ritmo y con los que terminé la carrera.

Sigo mi marcha  y estoy asombrada de las sensaciones tan optimistas  que albergo, paso el kilómetro 15 y todo va sobre ruedas, pero al salir en la segunda vuelta  de los adoquines del casco urbano( que me hicieron polvo las piernas) y entrar por última vez al camino, descubro desconcertada que en el kilómetro 18 llamó a mi puerta la otra cara de la moneda, me derrumbo y empiezo a pensar que no termino la carrera, noto mis piernas cansadas, Dios mío con lo bien que iba, qué me está pasando, no sabía si reir o  llorar, pero tenía claro que no abandonaría la carrera, ( ya lo hice una vez en la carrera de las Antorchas de Infantes debido a que me desfondé y no quiero volver a repetir ese tipo de sentimientos), entonces al pasar el kilómetro 19 uno de los chicos tira una lanza en mi favor y me anima para que no decaiga, aquellas palabras apenas sonoras fruto del cansancio que llevábamos acumulado me sirvieron de gran estímulo y me devuelven esas energías que creía perdidas y de nuevo vuelvo a tomar el timón de mi carrera, así sin darme cuenta nos ponemos en el kilómetro 21 y entonces ya es mía la victoria, veo la META, y entro con la satisfacción de saber que lo he conseguido, y aunque no pude cruzar esa línea en compañía de mis hijos, Carla ( 7 meses) e Ismael ( 6 años) , a ellos les dedico esa genial entrada triunfal, fui la última tuercelindera en llegar a meta, pero ¡Qué feliz fui ¡ Aquí os pongo la foto de la llegada de cada uno de los Tuercelindes, según riguroso orden de acceso a META:

Mis buenas sensaciones son que aunque no pude ir con Antonio y con Herminio no llegué a perderlos de vista en todo el trayecto y eso me hacía intuir que la carrera no iba a salir mal del todo.

Mis felicitaciones  a la organización y a la logística de la carrera, el avituallamiento fue numeroso, y sin recortes, dieron agua en cantidad, gajos de naranja y esponjas para mitigar el cansancio y la sensación de sequedad, todas las calles bien cortadas y cubiertas con miembros de los cuerpos de seguridad, así como con efectivos de protección civil.  A la entrada a Almagro, la carrera estaba muy bien señalizada, y no hubo opciones de perderse.

Al terminar Paco y Antonio ya se habían marchado, iban de Comuniones y tenían que ponerse reguapos, y los que quedamos nos tomamos un poco de sandía y unas berenjenas de Almagro. Tras disfrutar un ratito del ambiente, nos despedimos y rumbo a casa, hasta la próxima el 2 de Junio.