Dijo el hombre del tiempo que bajarían las temperaturas y soplaría un viento del Este.
Hemos parado en mitad del camino y hemos notado una leve brisa. Pj ha llegado en su bólido rojo y creemos que tal vez su coche, ha podido ser el que ha movido las hojas del suelo.
Al llegar, hemos visto a Vanesa con semblante serio. Pero el viento nos empuja y apenas podemos hablar con ella.
Con el recuerdo amargo de la última carrera, nos preparamos para salir. No quiero correr esta vez, pero el viento vuelve a soplar, y a soplar, y nos empuja……y…empezamos a volar.
No hemos visto a Paco, ni a Juanjo, ni a Pepe. Ahora pensamos que más que por un viento, debieron ser empujados por un huracán, ¿de qué otra forma podrían haber tardado tan poco tiempo?.
Carlos ha debido engancharse a la cola del huracán porque tampoco lo hemos visto salir. No nos preocupamos porque sabemos que ya sabe volar solo.
Pj ha salido con nosotros, pero poco a poco se despega y avanza con paso firme y constante, olvidándose de otros días en los que no sentía el viento.
Carmelo también ha salido con nosotros, pero más que corriendo, parece que avanza bailando al son de un Vals . Batiendo sus alas y dejando huella por donde pasa, se diría que más que por un viento, ha sido arrastrado por un tornado.
Y en la retaguardia, Antonio, Herminio, Ana y yo. Estamos pasando momentos duros, pero nubes en forma de esponjas van mojando nuestros cuerpos. La lluvia, en algunos lugares, ha mojado el suelo, y el viento vuelve a soplar con fuerza ayudando a todos los que estamos corriendo.
Si, tenía razón “el hombre del tiempo”. Los DIEZ hemos cruzado la meta empujados por el viento, un viento del Este enviado por los Dioses para que todos alcancemos nuestros deseos; un viento enviado por los Dioses que ha dibujado una sonrisa en las caras de Luis, de Esther y de Vanesa.
Nos despedimos como siempre, con abrazos y con besos, y con la ilusión de que pronto volveremos a vernos.
Herminio, en el asiento de atrás, duerme feliz junto a su hijo (¡el reposo del Guerrero¡). Y Ana, como si todas las horas de esfuerzo no hubieran hecho mella en su cuerpo, sujeta firme el volante contenta por haber logrado otro sueño.
Yo saco la mano por la ventanilla y siento como se aleja el viento: ¡ha sido un viento del Este, un viento enviado por los Dioses que no ha dejado a nadie indiferente!, y pienso……….
¡Me ha gustado la carrera de Almagro¡
¡ Me ha gustado correr¡.
¡ Me gusta ser de los TUERCELINDES¡.
Y me acuerdo de Oscar, al que no he podido ver, y me acuerdo de todos los que no han podido estar hoy aquí, porque lo hubieran pasado bien.
Comentario 1: Cansiiiiiiiiiiina.. ¡la que la “dao” con el viento!.
A ver si te enteraaassss: que no ha sido el viento,¡Que ha “sio” el entrenamiento¡¡¡¡ (toque tuercelindero en recuerdo de nuestra patrona: La Blasa).
Por Mercedes.
P.D.: "Viento Divino" es lo que pone en las bandas kamikazes, en honor al tifón que protegió a Japón de las invasiones mongolas...
(Tuercelindes enseña, Tuercelindes divierte;)
MERCEDES, GRACIAS POR TU CRONICA. SIN DUDA ALGUNA UN GRAN VIENTO QUE NOS HARA HERMANARNOS AUN MAS.
ResponderEliminarNOS VEMOS EN ARGAMASILLA Y CON LO QUE OS SOBRE EN LA NEVERA..........je ,je ,je ,je