martes, 24 de mayo de 2011

Crónicas: XII Media Maratón Almansa

La expedición tuercelindera se desplazó esta vez a tierras Albaceteñas o casi se puede decir que a Mordor ya que hasta que llegamos desde el pueblo de la Blasa te da tiempo a no comete 4 pipas si no plantar un campo de girasoles.

El madrugón del sábado valió la pena, previa parada para ver en Barrax el aerogenerador de mayor potencia y altura de España emprendimos viaje hacia la ciudad del calzado.

La premura con la que arribamos a la localidad nos hizo disfrutar de un día de turismo, visitando la fortaleza encallada sobre un peñasco de piedra idónea para su propia construcción ayudando a reducir el transporte para la formación de las anchas murallas.

Las vistas desde la torre del homenaje son impresionantes, observando el mar de aerogeneradores a lo lejos que pueblan la provincia de Albacete, mas cercano a nuestros pies una ciudad en crecimiento con un importante polígono industrial situado al lado de la autovía hacia levante.



Justo a los pies del acceso al castillo se encuentra la principal plaza, el ayuntamiento recordaba a los patios manchegos, eso si de piedra labrada con un original jardín en su interior con figuras muy parecidas a la del artista Chillida.

Después de pasear por el palacete donde se firmo el fin de la Batalla de Almansa y el parque de los Reyes Católicos decidimos reponer fuerzas a base de pasta y pescado, algo ligero para evitar que la digestión comenzará a la hora de la carrera.

Recogimos el dorsal en la pista de atletismo donde comprobamos por el numero de mesas la cantidad de participantes, aproximadamente 4600 atletas populares, haciendo de esta Media la mas concurrida de España después de Madrid, Valencia, Santa Pola y Granollers.

La bolsa de corredor fue única, camiseta naranja butanero (como le gustan a Nacho), mochila, agenda, dulces y demás obsequios, la organización con nota muy alta, mapas indicando la situación de vestuarios, duchas, guardarropía (expresión que no deje de oír y leer), con una extrema limpieza y numero ya que corredores eramos un rato.

Iniciamos el calentamiento previa foto con la azafatas y donde coincidimos con el club albaceteño "Quien no corre, vuela", cuyos consejos valiosos nos ayudaron a afrontar la carrera que a priori parecía asequible.

La presencia de Julio Rey puso mayor emoción, con una cinta que separaba en la salida a los cracks que funcionan por debajo de 1:20.

Arranca la carrera con una salida lanzada en una gran avenida con una rápida curva a derecha que nos lleva a una zona de nuevos barrios de Almansa, enseguida te das cuenta de la fiesta popular que supone para los vecinos, puedo decir que en todas las calles había gente que sacaba su silla a tomar "el fresco" con incluso mesas de camping donde tenían los platos con patatas fritas, jamón, cerveza incluso las botellas de los pelotazos.

El paso por la plaza es "la caña", batucada incluida con unos ánimos que llegan a ser ensordecedores.

Sobre el kilómetro 7 comenzamos a conocer el perfil de sube y baja cuestas, no difícil en principio, pero que el sofocante calor me hizo replantearme la carrera y decidir disfrutar del ambiente.

En una de las calles un grupo de 15 chicas sacaron las bicis estáticas del spinnig dedicándose con la música dance a tope a hacer ejercicio sin dejar de animar a los corredores, ni que decir tiene que había que chocar su mano junto a la infinidad de niños que sacaban su palma durante la carrera.
Incluso los invitados a una boda, novia incluida, animaban cerca del kilómetro 6 dando aun mas si cabe color a esta fiesta llena de banderas, gritos de animo, altavoces y música en la calle.

Pero sin lugar a dudas me quedo, además del calor, con el sentido del humor de un grupo de vecinos, habían puesto un santo de un metro alto en sobre un improvisado altar con flores y cerveza, dicha figura tenia un cigarro hecho de tabaco de liar en una boca con los labios pintados, no pude evitar partirme la "caja".

En la segunda recordaron mi sonrisa y me animaron al grito de " el del Santander, el del Santander", ánimos que devolví con las palmas.

La llegada a meta, después de un viraje algo extraño, a los pies del castillo fue muy animada, recibí una pulsera que valía por una botella de vino, trofeo reservado desde el puesto 51 al 151, quedé el 134, obsequio que no esperaba al dejarme llevar antes del meridiano de la carrera.

José realizo una gran carrera, también sucumbió al calor pero pudo engañar a sus problemas de estomago hasta el kilómetro 16 lo que le hizo acabar, a pesar de los dolores , en la posición 434 de aproximadamente 4000 llegados a meta, hay que resaltar que la temperatura hizo abandonar en la primera vuelta a mas de 400 corredores.

Tuvimos la suerte de encontrarnos con José, "el de Conrado" que pillo calzado debido a que acabó entre los 50 primeros, en concreto el 15 en la general y primero en su categoría, ni que decir tiene que es un portento y con una fortaleza física fuera de lo normal.

La vuelta con parada en Chinchilla nos hizo llegar tarde a la villa, pero satisfechos de una carrera con un ambiente en la calle digno de mascarrear.

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