sábado, 3 de septiembre de 2011

Otros: Príncipe de Asturias de los deportes: Halie Gebreselassie



Agazapado a la intemperie junto a su viejo transistor, el pequeño etíope se afana en seguir las noticias que llegan desde Moscú. No es para menos. Es el 31 de julio de 1980 y su compatriota Miruts Yifter acaba de obtener la medalla de oro en los 5.000 metros. Su segundo metal en estos Juegos. Sin embargo, el progenitor del pequeño, que ya ha educado a sus nueve hermanos en el noble arte del pastoreo de cabras, considera el atletismo «una perdida de tiempo», por lo que ha vetado cualquier seguimiento de este deporte.

Así que, escondido, descalzo, y con los oídos puestos en las radiofónicas noticias de su compatriota, el joven etíope —de solo siete años— decide que, a partir de ese momento, la disidencia deportiva hacia su progenitor será su nueva forma de vida.

Comenzaba así la leyenda del fondista Haile Gebrselassie (Arsi, Etiopía, 18 de abril de 1973),galardonado ayer con el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes 2011.

Haciendo gala de su excelsa humildad, nada más conocer su nombramiento, el atleta —doble campeón olímpico (Atlanta y Sidney) en los 10.000 metros, tetracampeón mundial en la misma distancia y plusmarquista mundial de maratón— aseguraba a ABC sentirse «emocionado» por el homenaje.
Acostumbrado a una carrera repleta de éxitos, ¿cómo se siente al haber logrado el Príncipe de Asturias?
—Este galardón, uno de los más importantes del mundo, no es solo un premio para el deporte de mi país, sino para toda África. Me siento totalmente abrumado y agradecido de que el público español se haya acordado de mí.
¿Conocía al resto de candidatos?
—Con sinceridad, hasta que recibí la llamada de la Embajada de España en Etiopía desconocía quiénes eran el resto de candidatos. Sin embargo, una vez me fue comunicada la noticia, sentí una enorme alegría, sobre todo, al conocer el currículum de mis «rivales».
¿Acudirá a Oviedo a recoger el premio?
—Por supuesto. En los últimos días he recibido informaciones maravillosas de esta ciudad, así que acudiré encantado.
¿Cuál es la importancia de reconocimientos como éste para el deporte africano?
—Lo más importante de cualquier laurel que recae en nosotros, los atletas de renombre, es que sirve para atraer nuevos jóvenes al deporte. Sé lo duros que son los inicios y lo fácil que es desanimarse. Con apenas siete años debía recorrer 20 kilómetros para ir a la escuela. Pero esto me hizo ser más fuerte, sobre todo en un deporte tan competitivo como es el atletismo. Por ello, cuando recibo un premio, me acuerdo siempre de los chicos que, como yo en mi infancia, caminan cada día decenas de kilómetros con sueños de gloria.
¿Está afectando la actual crisis humanitaria de Etiopía al deporte local?
—Es cierto que, al igual que Somalia, algunas regiones de Etiopía sufren una de las peores sequías de los últimos años. Pero yo soy un hombre de deporte, no de política, por lo que prefiero no opinar del tema. A día de hoy, la labor de los atletas debe centrarse en contribuir que nuestro país pueda salir de esta situación.
¿Cómo afronta los Juegos Olímpicos de Londres 2012?
—Mi sueño es ganar allí. Pero hay que ser consciente de que todavía debo lograr la mínima para correr el maratón.
Y después, ¿cuál es el futuro de Gebrselassie? ¿Quizá la política?
—En el futuro, quién sabe. Ahora mismo, mi única meta es Londres 2012. Después, ya se verá. Pero, con sinceridad, en mi horizonte —deportivo y personal— solo tengo esa fecha.

Fuente www.abc.es

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