Un año más nos acercábamos al 15 de agosto, fin de semana repleto de fiestas locales en buena parte del territorio nacional. Y Montiel también se sumaba al ambiente festivo con la celebración de su romería en honor a Nta. Sra. Virgen de los Mártires en el Prado a los pies de su ermita.
Así que, con tres días festivos muy intensos por delante, los hermanos decidimos realizar nuestra particular celebración como runners y es que el gusanillo también anda presente en verano. Con la ya tradicional C.P. “Santa Quiteria” en Fuente el Fresno del 15 de agosto, nos decidimos por volver a tierras albaceteñas y así nos presentamos en la tarde del sábado 13 de agosto en Tarazona de la Mancha para correr los “10 kilométricos”.
A mitad de viaje nos vimos obligados a realizar un descanso en el camino debido al paso de una carrera ciclista que venía de Munera y se dirigían hacia el Bonillo. Sin más incidencia llegamos a Tarazona con tiempo suficiente para hacer algo de turismo por su espectacular monumental Plaza Mayor y comprobar el grandioso ambiente que se respiraba horas antes de comenzar la prueba, prologo de su Feria en honor a San Bartolomé del 18 al 24 de agosto.
Enclavados ya bajo el arco de salida vimos, como ya le pasó a Paco en Toledo, como muchos corredores se intentaban situar delante de nosotros justo unos segundos antes del pistoletazo de salida, ¡un poquito de por favor, señores!
Tras una recta de 500 m, pronto se nos vino encima el primer gran repecho que situó a cada “mochuelo en su nido” y después de algún que otro tobogán, pudimos darnos un respiro a partir del km 2 donde te lanzas en picado hacia el centro del pueblo hasta llegar de nuevo a la Plaza Mayor y enfrentarte al otro repecho de unos 250 m, completando así la primera de las dos vueltas a disputar.
Victoria de Jaquad Oumellal con un tiempo de vértigo, 30:45 y con un total de 946 llegados a metas, regresamos a Montiel con el buen sabor de boca del 71 puesto en la general y 20 en la categoría de Antonio y del 100 en la general y 24 en mi categoría.
Prueba a tener en cuenta para años venideros tanto por la dureza del primer tramo del recorrido como el gran ambiente que se respiraba en sus calles. Así que tras una ligera cena en la Osa de Montiel, llegamos de nuevo al Prado de la Virgen a eso de las 2 de la madrugada, dándonos tiempo a “echar algún que otro bailoteo” y ver el juego de la silla de Cesar, pero eso ya es otra película….
Sois unos ansiavivas!!! Mira que entre fiestas de guardar y cubalibres de por medio hacer dos carreras...
ResponderEliminarPor cierto, el que escribe lo de arriba es Chema. Sí, ese que últimamente está dejando a los demás a la altura del betún :)